DEL HAMBRE BIOLÓGICO AL HAMBRE EMOCIONAL.
Entre hambre biológica y hambre emocional se traza una brecha y se produce un salto cualitativo. Un paciente en tratamiento psicológico y nutricional. Puede experimentar cualquiera de los dos o los dos. Ocurre que el hambre biológica responderá a la necesidad de alimentarse pues el organismo necesita de cierta cantidad de ingestas para poder mantener su funcionamiento de manera óptima. Tendría que ver obviamente con la pulsión de auto conservación. El hambre emocional no obstante ser experimentado como hambre remite a una dimensión más allá de lo puramente alimenticio .Ya no se come por una necesidad puramente biológica. Se produce un salto, se marca un distingo, hay algo allí que necesita ser satisfecho con comida.
Y aunque el paciente se esfuerce por evitarlo (mostrando cierta preocupación) el hambre de este tipo no cesa. Sentimos en la consulta frase como: "No puedo dejar de pensar en comida”, no puedo dejar de comer, necesito seguir comiendo y me doy cuenta que no como por hambre!.
En algún caso este tipo de hambre cuya reiteración se vuelve casi una obsesión .Solo obtiene una calma pasajera cuando el acto se realiza .Lo que implica toda una serie de estrategias propias del paciente gordo hasta que el alimento llega a la boca. Se mastica de manera acelerado y o voraz tragando el bolo alimenticio con la esperanza que el traerá la consabida satisfacción?.
Para nosotros los terapeutas el hambre emocional tiene una cantidad mayor de significantes que el biológico. En el hambre emocional se come según estados de ánimo, responde a estados emocionales. Se come cuando se siente tristeza, enojo, alegría, bronca, frustración o se come porque no se sabe… pero se come.
Algunos pacientes obesos pueden experimentar un estado llamado de ALEXITIMIA. Esto significa que el paciente tiene dificultad y o desconoce exactamente qué es lo que siente no sabe si se siente angustiado o asustado por ej. Tiene dificultad para definir de manera adecuada el sentimiento que experimenta.
Y a la pregunta formulada por el analista acerca de : ¿ Que sentís en este momento ? suelen expresar su dificultad para nominar e identificar lo que están sintiendo .Es decir existe una obstáculo en determinar y poner en palabras una emoción. Por lo que diferenciar un hambre de otro a veces implica todo un trabajo de reconocimiento del paciente así como mucho soporte de parte del terapeuta para acompañar etapas que puede ser muy confusas o complejas para él. El alimento se ha convertido en un significante diferente, ha adquirido otro status y se ha ubicado en un lugar alejado de lo puramente biológico. Desde ESE OTRO LUGAR por lo menos durante un breve lapso se creara la ilusión de completud él y el alimento fusionados . Sera como una supuesta y breve satisfacción casi un momento orgásmico .Pero breve al a fin. Para volver nuevamente a la insatisfacción, al no saber, al sentirse confundido, desolado y nuevamente hambriento.
Quizá el trabajo del consultante será un cambio de posicionamiento con respecto a aquello que aunque lo desconcierta y lo hace relativamente sufrir .Y haga que el bocado alimenticio se transforme en boca- do (una boca que da palabras ) que ofrece, y se ofrece a la escucha de ambos, terapeuta y paciente . Y así el vocablo o los vocablos darán sentido al sí sentido intentando que las palabras no dichas, las frases aun no construidas, las construidas a medias las deglutida puedan ser re-construidas y re-codificadas .El paciente pondrá así producir esa comprensión, ese entendimiento, ESE DARSE CUENTA! . Y esa sorpresa inicial al hablar y no saber de qué se habla. Que por supuesto siempre será preferible al bocado de alimento que se traga llevándose escondido lo no dichas. Ese bolo que entremezcla comida y palabras, ese matete de no dichos, que se van si ser expresados, sin ser escuchados y sin ser entendidos!
Tal vez no sea tan ingenuo entonces que en el principio de nuestra s vidas, allí cuando éramos infantes nuestras madres nos daba una buena!!!!!!!! Sopa de letras letras .Letras para formar el abecedario, para formar palabras, formar frases, para trasmitir ideas y para poder entender aquello que decimos. Para formar parte de la cultura como sujetos parlantes y así fundarnos.
Lic.Silvia H.Rubertone
MN11958.MP:80255

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