BAJAR DE PESO. UNA OPCIÓN POSIBLE.

En pacientes que padecen de obesidad,  las expectativas irreales, conjuntamente con tratamientos fallidos cuyos  recursos terapéuticos han sido  inadecuadas en su momento. Así como permanencia sin cambio en la enfermedad a través de los años determinarían  la cronificación de la misma.

A  su vez   condiciones sintomáticas personales y o  psicopatológicas colaborarían con lo expresado anteriormente. Haciendo que esta cronificación  pudiera volverse en ciertos casos  iatrogénica (implicando retrocesos y no avances) y así  declinando el deseo y  la elección  de comenzar un tratamiento.

 Comenzaría  así  un ciclo de “mantenimiento ficticio”  y de  engorde ascendente, alternado con breves intentonas de descenso a través de métodos de adelgazamiento no saludables, inseguros, y dudosos en cuanto a su efectividad terapéutica atentando contra la salud del paciente.

Que ocurre entonces con la  autoestima? Los sentimientos de autodiscriminación, aislamiento, enojo, así como una fuerte sensación de impotencias rodean, entre otras  las motivaciones de estos pacientes. Sentimiento  como” yo no puedo”,  “nunca voy a bajar”,” siempre seré gorda”  "otros puede...pero yo no" son muy frecuente.
Para muchas la creencia de que la vida de las personas delgadas es “maravillosa” en relación a la propia es muy real pero ciertamente inexacta!! Siendo una ficción creada donde el otro queda idealizado y sobredimensionado. Esto genera por supuesto  profundas emociones cargadas de hostilidad y envidia que sin tratamiento adecuado intoxican aun más el aspecto emocional. Además de alimentar pensamientos irracionales sin justificación alguna. Pues no existe ninguna afirmación avalada científicamente,  que diga que las persona flacas tiene vidas perfectas.

Al respecto se puede escuchar tanto en consulta individual como en tratamientos grupales  y a manera de ejemplificar el tema .Pacientes  manifiestan sentirse mancomunados y  unidos por una enfermedad (obesidad) haciendo un frente común “contra” los flacos o  los no gordos.  Así se produce un fenómeno de  exclusión en  doble sentido. El paciente obeso entonces: 1-Se autodiscrimina; 2- Discrimina al resto de las personas que no forman su universo de obeso.

La desconfianza en la propia valía, el pesimismo, la falta de estímulo propio o del medio circundante. La ausencia  de hábitos poco saludables y posiblemente un entorno OBESOGENICO. Más condiciones genéticas y psicopatológicas subyacentes perpetuarían el reinado de la enfermedad. Con lo cual  muchas personas con obesidad  quedarían  fueran de tratamientos validos y profesionalmente especializados.
De este modo un número interesante de personas obesas  se vuelven espectadoras "pasivas" del logro del otro. Pasivos en la toma de decisiones. Y quietos  en sus zonas de comodidad, mientras el ciclo de engorde continua afianzándose.

Para concluir…  si pudieran miran dentro de sí mismas y no para afuera, si solo tomaran consciencia de lo inútil de cualquier comparación (pues detiene cualquier progreso). Y si se acercaran mas  a la  instancia del reconocimiento  de la propia realidad  y o enfermedad. Estarían  más próximas a re-direccionar el mundo del discurso, el de la palabra a su canal genuino. Pues mientras ella (la palabra)  en vez de ser hablada, expresada  sea  masticada  y deglutida desaparecerá  cualquier posibilidad de entender su sentido. Las opciones  reales y concretas de recuperación y adelgazamiento son un hecho y  están  al alcance de toda persona que sea  capaz de poseer suficiente decisión para iniciar un camino de transformación a través de un tratamiento  que incluya atención psicología, nutricional y o  medica etc.
Lic. Silvia Rubertone
Psicóloga
Tratamiento psicológico de pacientes con sobrepeso y obesidad.
Ex Staff. Dr.Cormillot. En Dieta club.
MN: 11958

MP:80255

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